sábado, 27 de diciembre de 2008

Estimulando el Cerebro: Técnica Fosfénica 2

Los investigadores de la Universidad de Auckland, en Nueva Zelanda, y de la Academia Sahlgrenska, en Suecia, demostraron la existencia de células madre en ciertas zonas del cerebro, justamente debajo de cavidades llenas de líquido céfalo-raquídeo, denominadas ventrículos.

Este grupo de investigadores internacionales dijo haber descubierto un tipo de neurona que se regenera en forma continua en los seres humanos.


Los expertos identificaron un grupo de células especiales que "migran" y crean nuevas células nerviosas en la parte del cerebro responsable del sentido del olfato.


Los científicos señalan que los resultados del estudio, publicado en la revista científica Science, abren la posibilidad para otras investigaciones en torno a la reparación del cerebro como, por ejemplo, en el caso de pacientes con la enfermedad de Alzheimer.


Podemos estimular la regeneración cerebral


Desde muy antiguo, los yoguis identificaron esa zona con el nombre de punto "Kutashta", un verdadero "nudo" de glándulas, líquido cefalo-raquídeo y estructuras nerviosas centrales.

Esta región era considerada la "raíz" de los centros de energía (chakras) superiores, y su estímulo era el puente para alcanzar nuevos niveles de funcionamiento cerebral y consciencia.


Dentro de la Técnica Fosfénica existe un ejercicio específico, desarrollado por el Dr Lefebure para lograr ese estímulo.

Veamos cómo realizarla:


  • Seguiremos las instrucciones de la entrada anterior para crear un fosfeno.

  • Fijamos nuestra vista en la fuente lumínica.

  • Durante todo el tiempo de práctica utilizamos la respiración rítmica que haremos de la siguiente manera: Usamos una respiración lenta y profunda de Tres Tiempos (Inhalación, retención del aire, exhalación). Cada tiempo debe ser de igual duración, para eso hacemos un conteo mental, por ejemplo hasta 6, y lo repetimos en los tiempos siguientes. Este conteo puede ajustarse levemente de respiración en respiración, por ejemplo en la próxima respiración quizás podamos extenderlo a 7 u 8.

  • La clave del ejercicio es la siguiente: Llevar el fosfeno al centro de nuestra cabeza mientras realizamos la respiración rítmica. Lo mantenemos allí hasta que desaparezca, y volvemos a hacerlo un total de tres veces como mínimo.

La técnica produce un estímulo específico predisponiendo a la multiplicación de nuestras neuronas y activando nuevas funciones que estaban dormidas en nuestro cerebro.


Esto sin duda se reflejará en nuestras capacidades cerebrales totales.

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