Son delgados y no engordan porque han conseguido cambiar su genoma. Explican que no tienen la capacidad de liberar el neurotransmisor inhibidor GABA en un grupo de neuronas en el hipotálamo.
Científicos de la Harvard Medical School de Boston consiguieron modificar el genoma de ratones de laboratorio para conseguir una especie de animales delgados y resistentes a la obesidad.
El hipotálamo es el área del cerebro que controla procesos como el hambre, la sed y la temperatura corporal
En un artículo que publica la revista científica británica 'Nature Neuroscience', el equipo investigador explica que estos ratones transgénicos no tienen la capacidad de liberar el neurotransmisor inhibidor GABA en un grupo de neuronas en el hipotálamo.
El hipotálamo es el área del cerebro que controla procesos como el hambre, la sed y la temperatura corporal.
A pesar de que se les sometió a una dieta de alto contenido en grasas, los ratones no se volvieron obesos y también fueron resistentes a los efectos de una hormona estimulante del apetito.
Con este experimento, los científicos demuestran que el equilibrio energético requiere de la inhibición de los neurotransmisores del hipotálamo.
El estudio no sólo da pistas sobre los circuitos cerebrales que son críticos para controlar el consumo de la comida y el peso corporal, sino que indica un posible camino para el desarrollo de fármacos que combatan la obesidad, problema que afecta a millones de personas en el mundo.
Fuente: 20minutos
Científicos de la Harvard Medical School de Boston consiguieron modificar el genoma de ratones de laboratorio para conseguir una especie de animales delgados y resistentes a la obesidad.
El hipotálamo es el área del cerebro que controla procesos como el hambre, la sed y la temperatura corporal
En un artículo que publica la revista científica británica 'Nature Neuroscience', el equipo investigador explica que estos ratones transgénicos no tienen la capacidad de liberar el neurotransmisor inhibidor GABA en un grupo de neuronas en el hipotálamo.
El hipotálamo es el área del cerebro que controla procesos como el hambre, la sed y la temperatura corporal.
A pesar de que se les sometió a una dieta de alto contenido en grasas, los ratones no se volvieron obesos y también fueron resistentes a los efectos de una hormona estimulante del apetito.
Con este experimento, los científicos demuestran que el equilibrio energético requiere de la inhibición de los neurotransmisores del hipotálamo.
El estudio no sólo da pistas sobre los circuitos cerebrales que son críticos para controlar el consumo de la comida y el peso corporal, sino que indica un posible camino para el desarrollo de fármacos que combatan la obesidad, problema que afecta a millones de personas en el mundo.
Fuente: 20minutos
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